La vacuna

  • 15, julio, 2020
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LA VACUNA

Pese a que la salud es un asunto que nos interesa a todos, la Organización Mundial de la Salud, OMS, no es capaz de obtener y publicar información científica o sólida, pues seguramente la información que recibe no incluye su prueba -que se mantiene privada, inaccesible públicamente.

De modo que la información pública sobre el virus no es un conocimiento fiable para nuestra protección, sobre el que construir en común y obtener la vacuna. Seguramente es esta la causa de la abundancia de informaciones contradictorias y las recomendaciones de protección disparatadas difundidas por altos dirigentes políticos.

Ahora, ¿Cómo podemos hacer que la protección de la humanidad sea inclusiva, universal? ¿Manteniendo la cuestión misma en secreto? Con seguridad, no. ¿De quién tenemos miedo como para seguir ocultándola? De una vida representada, falsa, que no es. ¿A quién se perjudica? A nadie –aparte de al virus, claro  ¿A quién se pretende beneficiar y se beneficia? A la humanidad.

Pues bien, no se trata de significarnos con una gorra o un color como los partidos sino de, de nuevo, lo inaudito y sin precedentes; se trata de usar y apelar al sentido común, de pensar, proponer, pedir, exigir la cooperación humana para la búsqueda de la vacuna.

  • Que las empresas farmacéuticas -todas aquellas que puedan aportar investigaciones sobre el Covid 19- compartan/hagan públicas sus pruebas, así como sus líneas de investigación, de modo que no solo no se solapen y se desperdicien los recursos como hasta ahora, sino que se complementen y se aceleren.

¿Significaría que están haciendo un trabajo por el que ya no esperan obtener nada? ¿Luego qué? ¿Cierran y despiden a sus trabajadores?

No. El acuerdo ha de hacerse lo mismo que público, justo y eficiente también, con la intermediación de organizaciones internacionales como las cámaras y otros organismos e instituciones al servicio de las empresas, depositarias del acuerdo, por el que, en tanto todas ellas aportan sus pruebas específicas, la vacuna redundará en el beneficio de todas ellas en lugar de que una sola de ellas, un estado, se lleve la recaudación al completo. O ¿Acaso sin esa condición ya no hay estímulo por encontrar la vacuna?

Este paso sería ya precedente y experiencia del Congreso de la Unidad Humana, pues es la práctica del cambio que buscamos y que se da con la unidad; pasar del secreto a la transparencia como modo de gestión.

Transparencia que puede materializarse con un centro humano de registro de la información, como el blockchain, y con la creación de un banco de las empresas, que pueda ser receptor del dividendo de la paz y sustento de una posible divisa mundial.

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